Por Edgar E. García Todos los que hemos estado en un círculo de espíritu hemos escuchado una y otra vez las frases que todos utilizamos. Esas frases tan genéricas que se ajustan casi a cualquier partido, el problema es utilizarlas cuando están fuera de lugar, o por pura amabilidad. Ser sinceros es más productivo. Y no sólo hay frases, también hay algunos vicios que eliminar de estos círculos. Aquí algunas sugerencias...
Un vicio, y de los mas comunes, en los círculos de espíritu es narrar el partido. Todos los presentes estuvieron en el partido, todos fueron parte del mismo y todos saben que pasó. Narrar el partido es realmente un mal gasto de energía y saliva. “El partido empezó muy parejo y luego nos fuimos arriba pero ustedes ajustaron y nos dieron la vuelta, y ajustamos de nuevo y…” no por favor. Otro hábito que tenemos todos los ultimateros es querer enseñarle a jugar al otro equipo. Por supuesto que se vale dar algún consejo. Solo por favor consideren lo siguiente. Si mi equipo acaba de ser arrollado por el equipo contrario y yo quiero darles consejos, seguramente seré ignorado. Aun si tengo razón es probable que el equipo contrario no sea muy receptivo a consejos de un equipo al que acaban de vencer de manera contundente. Quizás sea mejor hacer el apunte fuera del círculo a alguien de confianza del otro equipo.
Los círculos de espíritu son para resolver posibles conflictos, así que hay que resolverlos ahí. Resolver un conflicto no solo se trata de señalar lo que no me gusto, sino también escuchar la perspectiva del otro y considerarla. Si creemos que tenemos la razón siempre será mucho más difícil llegar a un acuerdo. Recordemos que en el ultimate muchas situaciones tienen que ver con la percepción, y es difícil coincidir.
La propuesta es, salgamos de la zona de confort, digamos las cosas que realmente valen la pena decir. Siempre con respeto, dispuestos a escuchar la replica del equipo contrario y hacer las consideraciones necesarias. No estemos tan seguros de tener la razón todo el tiempo, aun cuando la tengamos, hay que escuchar. Hagamos que nuestros círculos sean más productivos.
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