Por Gustavo Mitre “cualquiera puede jugar con un frisbee, no todos lograrán jugar ultimate” En aquel inicio del 2001 en San Luis Potosí, cuando estaba yo iniciando apenas el segundo semestre de la carrera de economía, acepté después de casi un año de insistencia, la invitación de mi primo a jugar con un “frisbee” un deporte llamado “ultimate”. Me enamoré del deporte, cabe decirlo. Hoy, viviendo en Guadalajara, casado (con una ultimatera), con una bella niña de poco más de 4 años, donde mi prioridad hoy son ellas y ya no lo es más el deporte, y tras aceptar esa invitación hace 18 años, echo un vistazo a lo que era, lo que fué, lo que me deja, en lo que me convirtió o dejé que me convirtiera. A lo largo de este tiempo, he tenido la oportunidad de apoyar de manera activa en la gestión del ultimate en México en diferentes administraciones. Las primeras cuando todavía era FEMEDIVO (2003), donde se comenzó a buscar un crecimiento estructurado, organizado, buscando estandarizar procesos y criterios para poder llegar a conformar una federación. En aquellos días contaba con mucho tiempo libre y todos mis esfuerzos iban encaminados al Ultimate. Posteriormente, derivado de conflictos de intereses entre varios actores para representar el Ultimate de México ante la WFDF nace ULTIMATE MÉXICO (2010) asumiendo el mismo objetivo que sus predecesores. Pero ya para estos días no contaba con tanto tiempo libre. Sin duda aprendí mucho sobre la administración del deporte, aunque eso no se compara con todo lo que hace falta por entender, aprender y lo más difícil: compartir y ejecutar. Sin embargo, estas organizaciones tienen dos cosas en común: La primera: La entrega por parte de los colaboradores, que brindan su tiempo y recursos para que los jugadores puedan ir a los torneos a sólo jugar y se puedan olvidar de todo y enfocarse únicamente en su equipo y competencia. La segunda: Enfrentarse a la apatía que muestra gran parte de la comunidad respecto a lo que hacen, planean y trabajan. Que muchas veces, incluso, son nuestros amigos. Colaboré para Femedivo, apoyando a Igor Bussey y Gerardo Ramírez, cada uno con un tipo de liderazgo muy distinto, pero ambos coincidiendo en que el Ultimate debía crecer y debía hacerlo de manera ordenada y estructurada, importando el camino, los procesos y los mecanismos para poder lograr sus objetivos. Después llega la transformación a Ultimate México y la dirección de Eliud Hernández, que asumió un reto complejo por las condiciones muy particulares que vivía el Ultimate mexicano en esos momentos. Dentro de los años que pasé trabajando por el deporte que tanto me apasiona, me di cuenta de que, sin importar cuánto tiempo le dediques a algo, tienes que hacerlo con dos elementos fundamentales: decisión y convicción. Qué quiero decir con esto, se toman decisiones que a primera vista son las indicadas y parecen ser la solución a los problemas, sin embargo, desde mi punto de vista, no se revisan a conciencia los beneficios y posibles consecuencias, y es la misma mesa directiva quien frena, ataca o sabotea sus propias iniciativas. Para dar un claro ejemplo de lo anterior, me tocó realizar los actuales código de conducta y el reglamento de sanciones, los cuales han sido utilizados para resolver varios conflictos entre clubes y jugadores, pero varios de ellos se resolvieron de manera diferente a lo dictado por dichos documentos, acatando las recomendaciones de la junta directiva. Un ejemplo mucho más actual, fué lo que sucedió durante la Asamblea Nacional (donde se tocaron varios puntos los cuales los invito a leer en la minuta), en donde se buscó el acercamiento de la comunidad; esto como un esfuerzo para involucrar a la comunidad en la toma de decisiones, participar en el desarrollo de proyectos, conocer los qué, los cómo, los porqués, los cuándo de las cosas que a todos deberían interesarles. Uno de esos puntos fue el tema de los refuerzos, donde ya publicado el sistema de competencia para este 2019, sufrió modificaciones, lo que a primera instancia no está mal, ya que se dió apertura a debatir sobre el tema, pero sin duda, la idea desde su concepción no fue analizada a conciencia ya que dió lugar al debate y no se supo defender en la mesa. Como administradores sabemos que nunca tendremos el agrado de toda la comunidad; sin embargo, creo firmemente que ése es el error, queremos que la comunidad lo entienda y acepte y nos da miedo tomar una decisión que a futuro beneficie a todos, pero que en el proceso no le guste a algunos. Como por ejemplo la unificación de temporadas. Se debe aprender a ver un poco más allá, no ver solamente a la comunidad, tenemos que aprender a ver esto como un todo, como un deporte, donde una parte fundamental sí es la comunidad, pero sin duda, donde deben estar los ojos de nuestra actual administración es en el futuro, el presente se está trabajando y va logrando poco a poco sus objetivos. Desde un punto de vista imparcial, a Ultimate México le hace falta más apertura para sus actuales y futuros asociados, ya que la gran mayoría de las consultas solo se realizan con los miembros de la mesa directiva de UM, es decir a puerta cerrada. Y definitivamente fomentar un verdadero acercamiento y no solo para consultar algunos puntos. Esta apertura también es voltear a ver de manera general los esfuerzos que diversos grupos están realizando a lo largo y ancho del país, como lo es el ultimate de playa, el disc golf, el ultimate indoors, esas también son disciplinas que debe sancionar la futura federación. Debemos tener algo siempre presente, tanto Ultimate México como nosotros (la comunidad): si queremos llegar lejos como deporte, se tiene que entender que es necesario un organismo que regule lo que hacemos y que este trabaja por y para el deporte, no para nosotros y por nosotros. El día de hoy busco hacer crecer este deporte de manera local, sé que no será fácil ni rápido, pero espero que lo aprendido sirva de algo y buscaré a toda costa no cometer los errores que viví y he visto, para que presentes y futuras generaciones comiencen la práctica de nuestro deporte en un entorno ordenado, organizado y abierto al cambio. Y no quiero terminar sin antes compartir la frustración que se siente como administrador, organizador o cualquier otro rol que se pueda tener dentro de alguna empresa, que no hay nada más pesado y frustrante que trabajar, sin importar que hagas lo que hagas, sabiendo que el resultado serán siempre duras críticas, muchas de ellas a veces sin sentido y sólo con el afán (o al menos eso es lo que parece) de criticar por criticar. Los invito a ser constructivos y propositivos en sus comentarios, entre más y mejores críticos nos volvamos, estoy seguro que podremos apoyar mejor a nuestros dirigentes. Espero puedan compartirnos sus experiencias desde su perspectiva administrativa u operativa dentro de sus equipos, organizaciones o torneos. Lo anterior con el objetivo de que sirva como guía para todos nosotros y las futuras generaciones.
1 Comentario
val
3/2/2019 07:39:11 am
muy interesante, gracias Tavo, me quedo muchísimo con la idea de que las mejores decisiones no siempre son las más populares.
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